Si te he de ser sincero, y aunque pueda sonar mal, no lo hago por ellos, sino por mí: soy muy perfeccionista y si puedo permitirme para mí, en mi casa, la mejor calidad de imagen y sonido, invierto; si voy a exponerles temas a mis alumnos, quiero la misma calidad, porque ver imágenes pixeladas o sin contraste me pone malo, igual que oír sonidos distorsionados o muy débiles (esos altavoces Yamaha que ves los adquirí en Mediamarkt por 600 euros, amplificador incluido). Una vez que estoy satisfecho con eso, hago los montajes lo más amenos posible (uno de mis últimos ejemplos, y otro, y otro muy distinto), y el resultado es que ellos también se lo pasan bien, tú no batallas sino que te relajas y vuelves a casa sin contracturas y con ganas de volver al curro.
Marcadores